Todo se complica de alguna forma en algún momento de tu vida, y para mí no iba a ser menos, aunque yo puse bastante de mi parte para complicarlo, bueno no fui yo sola, también tuvo la culpa mi querido e inseparable amigo, EL ALCOHOL.
Que sucede si juntas gran cantidad de cerveza, un buen amigo y muchas risas, sin olvidarnos de las pequeñas gilipolleces como pasar un hielo con la boca, comer chuches a medias o el inigualable "venga daos un pico"
Pues al final lo que sucede es que ese pico y sin saber cómo, ni pensándolo mucho, estás en un coche liándote con uno de tus mejores amigos comiendo chuches y comprobando dónde están vuestros limites.
Os preguntareis ¿Dónde estaban? pues afortunadamente se quedó ahí la cosa, fue una bonita y muy divertida tontería que nos sirvió como despedida ya que él se iba de viaje casi un mes lo que nos dio mucho tiempo para reflexionar sobre lo que habíamos hecho y si todo podría seguir como estaba antes.
Y cómo no, intentamos guardar el secreto, que no lo supiera nadie, dijimos eso de "esto se queda aqui, ¿vale?" y yo lo creáis o no, me lo callé, me traía de cabeza no poder contarlo porque no significaba nada pero claro es mi amigo y la gente siempre tiene que opinar.
¿se guardó el secreto? obviamente, NO. Bueno no quedó entre nosotros dos, (hay gente que todavía no lo sabe) un día un amigo cuando había pasado una semana y estando con los demás en una casa de cañas y charleta, soltó una coñita que obviamente sólo entendí yo y ya me confirmó que mi amigo se lo había contado. Lo hablamos, nos reímos y poco más.
Cuándo él volvió de su viaje, nos miramos y comprendí que no tenia ninguna importancia, que sería nuestra bromita particular y que nuestra amistad no iba a cambiar. Al menos para peor.
.jpg)
No hay comentarios:
Publicar un comentario